Las prioridades de nuestras autoridades muestran sus ineficiencias
En estos momentos nuestra Facultad está pasando por situaciones difíciles, desde el punto de vista estructural y académico y, por otro lado, existen situaciones cuestionables por temas administrativos. Sucede que además del proceso de hacinamiento que venimos sufriendo luego de los trágicos sucesos del 15 de agosto de 2007 producto del sismo que asoló el sur chico del país, ahora han venido a afectarnos problemas administrativos desde las oficinas de nuestras máximas autoridades, y que, a fin de cuentas, tiene mucho que ver con las dificultades que venimos sufriendo por no contar con una Biblioteca, con salones adecuados, el ser a veces interrumpidos por los profesores del Centro de Idiomas cuando estamos realizando alguna clase, el no contar con un Auditorio para realizar actividades culturales y de capacitación.
En suma, podríamos afirmar que el primero de estos problemas, el estructural, ha conllevado al segundo, el administrativo. Esto no lo debemos permitir como estudiantes conscientes de los problemas que acontecen a nuestro alrededor.En primer lugar, pasaremos a explicar los temas relacionados a la infraestructura de nuestra Facultad. Somos testigos del aplazamiento constante y desesperante de las autoridades de la Facultad de Educación para retirarse del segundo piso de nuestro pabellón; sabemos que una resolución rectoral resuelve que dichos espacios debieron ser entregados a la Facultad de Letras el 31 de diciembre del 2007, o en todo caso, cuando terminen los trabajos en el último pabellón que está construyendo dicha Facultad, que sería su tercer local, el cual está ya finalizado faltando sólo algunos detalles decorativos.Tenemos conocimiento de los documentos que han remitido nuestras autoridades a sus pares de Educación y vemos que son escuetos y ambiguos, que no pasan de explicar que estamos faltos de espacios, pero que al fin de cuentas no muestran una posición clara ni firme por recuperar el segundo piso. Y es bastante evidente que Educación no se retirará en el corto plazo como quieren hacernos creer nuestras propias autoridades.
Asimismo, esperamos que la razón por la que nuestra decana, doctora Martha Barriga, no se muestra firme ante su par de Educación no sea porque en los niveles de Asamblea Universitaria conforma una alianza de decanos que es liderada precisamente por el decano de la Facultad de Educación, con quien pareciese no querer tener controversias, con la finalidad de sacar adelante los proyectos de dos escuelas profesionales: las escuelas de Restauración y Conservación y la de Danza (Ballet).Las “prioridades” de nuestras autoridades, como titula este pronunciamiento, muestran las debilidades que se tiene a nivel de gestión pública, y un claro ejemplo de dicha incompetencia ha sido lo que ha sucedido con el traslado de la cafetería del tercer piso de nuestra Facultad a la zona colindante, donde existe una pequeña construcción conocida como el Taller de Carpintería, donde se iba a trasladar transitoriamente dicho cafetín hasta que el tercer piso reciba el reforzamiento estructural debido.Sucede que el 25 de julio, por medio del oficio número 0744-D-FLCH-08, la doctora Martha Barriga autorizó iniciar los trabajos de rehabilitación del Taller de Carpintería al concesionario de la cafetería. Y el mismo día viernes, el director administrativo de nuestra Facultad, licenciado Pedro Falcón, informa al jefe de la Oficina de Seguridad de la Universidad que ingresarán, los días feriados por Fiestas Patrias, cierto número de trabajadores para realizar “trabajos operativos y de mantenimiento” en nuestra Facultad, (por cierto no tienen nada que ver con alguna construcción que era realmente lo que se iba a realizar).
Estos datos no tendrían mayor importancia si no fuera porque para dichos trabajos no se había pedido las autorizaciones correspondientes a la Oficina General de Infraestructura de la Universidad (OGIU) como lo determina la Ley para realizar cualquier alteración de la infraestructura de todo local de la Universidad, además, de no contar con los estudios técnicos ni presupuestales para dicha obra; y como si ello fuera poco, sucede que dicho terreno -donde ya se ha invertido dinero- no le pertenece a la FLCH sino al rectorado donde se construirá un paradero como parte de la nueva pista interna de la Universidad, dejando notar que nuestras autoridades no se encuentran enteradas ni siquiera de los terrenos que tenemos. Es verdad que tenemos un terreno asignado al lado de nuestro pabellón que se encuentra justamente al lado de donde se creía erróneamente que era nuestro.Y lo que hace más grave esta situación es que nuestras autoridades no es que no sepan cuáles son los pasos a seguir para realizar alguna gestión de construcción ya que están llevando a la par otro proceso de reforzamiento de la Sala de Lectura, la que se cerró por motivos del sismo, y donde sí se está respetando milimétricamente todo el proceso para realizar un reforzamiento, el que se inició en marzo del presente año y que actualmente -siete meses después- se encuentra en situación aún de estudio, faltando muchos pasos más por recorrer.
Entonces, las prioridades económicas de nuestras autoridades por encima de las académicas saltan a la vista; para una cuestión de dinero rompen las reglas y actúan de la manera más rápida, mientras que para el tema de la Sala de Lectura, que creemos importante, se espera la buena voluntad de los procesos burocráticos, sin mostrar en documentos la intención de que dicho proceso se dé en el más breve plazo ante nuestra actual situación de precariedad e incomodidad respecto al no contar con una verdadera Biblioteca y no con una pequeña sala acondicionada para unos meses en principio, pero que han pasado ya del año. Es obvio que nuestras autoridades no tienen ideas para mejorar nuestra biblioteca pero sí les sobra para romper la normativa de la universidad cuando se trata de un tema monetario como lo sucedido con la cafetería.Ante esto, el Tercio Estudiantil (Mayoría) ha insistido en las últimas sesiones del Consejo de Facultad se nos explique sobre las irregularidades expuestas recibiendo por parte de nuestras autoridades sólo la indiferencia a nuestros pedidos, no tomándolos en cuenta e imponiendo su autoridad al levantar la sesión cuando la doctora Martha Barriga cree conveniente. Por lo que pedimos públicamente que los responsables de llevar adelante nuestra Facultad resuelvan en la próxima sesión ordinaria del Consejo de Facultad - al cual invitamos cordialmente a todos los estudiantes de Letras - todas estas interrogantes respecto a procesos administrativos que dejan entrever vicios.
De igual modo, pedimos a la Señora Decana respete la participación del Estamento Estudiantil en el Consejo de Facultad no subvalorando sus pedidos y su iniciativa de buscar que la Facultad no se vea mellada por la ineficiencia de sus administradores, en un país donde el actuar y el hacer de la administración pública es cuestionada justamente por su poca transparencia.
No debemos admitir ello en la Decana de América, donde el Tercio Estudiantil mayoría de la FLCH tiene el compromiso de no permitir irregularidades, por lo que seguirá denunciando cuantas veces sea necesario. Hasta el momento la historia nos da la razón, la actual Decana ha mostrado intolerancia al no recibir a los representantes estudiantiles ni del Tercio ni de los Centros de Estudiantes para explicarnos sobre la situación del segundo piso. Y la razón es porque los representantes estudiantiles, salvo la representante de la minoría, Jenny Huamán, no votaron por ella sabiendo de su poca voluntad al diálogo.
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