domingo, 23 de noviembre de 2008

Pronunciamiento por robo en la Facultad de Letras

Las autoridades de Letras quieren ahora responsabilizar a los estudiantes de los penosos hechos ocurridos en la primera semana de noviembre en nuestra Facultad



Según la señora Martha Barriga Tello, decana de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas, con la medida de protesta que realizamos los estudiantes entre los días 3 y 7 de noviembre cerrando las puertas de la Facultad, no se ha conseguido nada, ya que las autoridades de Educación tenían planeado entregarnos en aquellos días el salón que utilizaban como Sala de Informática. Es evidente que la doctora Barriga no tiene claro aún la situación de caos que vive Letras al no contar con espacios mínimamente adecuados para una Sala de Lectura.


Y es más notorio todavía que la Decana no toma en cuenta que gracias al reclamo de los estudiantes se ha conseguido una fecha como plazo máximo para que Educación termine su traslado a sus nuevos pabellones (20 de enero), cosa que la señora Barriga no pudo conseguir. Parece que sus segundos no le han informado que se ha conseguido dos ambientes más al que nos iban a entregar (Sala de Informática) como son los ambientes que utilizaban como Pronacap y Archivo, este último que serviría como complemento para que el espacio de su ex Sala de Informática sea el doble en área y permita tener un espacio más adecuado para una Sala de Lectura.


Es lamentable la actitud de la doctora Barriga que ahora sólo se atreve a señalar que aquí hay responsables y que esos son los estudiantes, que reclamaron más espacios y a la vez cuestionaron justamente el actuar de la señora en mención por su poco compromiso en conseguir los espacios del segundo piso de nuestro pabellón. Nos cuenta la doctora que por conversaciones con su par de Educación casi todo ya estaba listo para que se retiren justo en aquellos días en que a los estudiantes se nos ocurre cerrar la Facultad como acción de protesta. ¡Qué casualidad! Para la doctora Martha los pedidos por medio de papeles no sirven o no son necesarios si es que se tiene “buenas relaciones” con el decano de Educación, Carlos Barriga. Y se le sigue emplazando a la señora Decana que muestre los oficios remitidos a la Facultad de Educación que soliciten no uno o dos salones sino el pabellón completo. Seguimos esperando.


La crónica de los acontecimientos de aquella semana ya han sido contados por muchos de nosotros, con pocos matices casi todas versiones, pero teniendo en cuenta que el reclamo y la decisión de continuar con la medida fue ratificada por Asamblea General de Estudiantes el mismo lunes 3, y en el que participaron la mayoría de gremios que dirigieron la Asamblea. Por ello no nos detendremos a hacer una cronología de sucesos día a día sino que nos ubicaremos básicamente en el día viernes cuando el jefe de Mantenimiento de la Facultad de Letras, Raúl Callocunto, informa que en el tercer piso del pabellón A, donde los trabajadores tiene sus casilleros, uno de estos se había encontrado violentado y habían desaparecido las llaves de los salones donde se guardan los equipos de la Escuela de Comunicación y algunos papeles personales de uno de los trabajadores. En ese preciso momento se le dijo al señor Callocunto que haga un informe sobre el hecho para hacerle llegar inmediatamente a su jefe superior, el licenciado Pedro Facón, director Administrativo de la Facultad.


Hasta ese momento todo estaba dentro de lo regular, pero venimos a enterarnos el miércoles 12 de noviembre, -ojo, cinco días después de advertir de dicha pérdida- que el Director Administrativo aún no estaba enterado del hecho y, el correcto y bienintencionado profesor nos dijo que le haría la consulta al Jefe de Mantenimiento sobre el caso. Cinco días después y el responsable de nuestra Facultad a nivel administrativo no sabía nada y su hombre de confianza en el tema de mantenimiento y de llaves no le había dicho nada al respeto. Saquen ustedes sus propias conclusiones.


En el último Consejo de Facultad del jueves 13 del presente mes se ha querido dejar entrever que dicha pérdida de llaves pudo darse en cualquiera de los cinco días que los estudiantes de Letras tomaron la Facultad, buscando justamente –como advertimos al principio- responsabilizar a los estudiantes. Y más aún, en los dos informes, uno entregado por el jefe de Mantenimiento y el otro por el trabajador responsable de las llaves, que recalcamos fueron entregados recién el miércoles 12, no se precisaba el día en que las llaves fueron sustraídas. Cabe advertir la omisión se ha dado en los dos informes.


Cuando se le preguntó al trabajador encargado de las llaves cuando creía que pudo darse la sustracción, éste, señaló que tuvo que ser necesariamente el día jueves ya que él los había dejado ese mismo día en su casillero. Tomando en cuenta, además, que los trabajadores de limpieza pudieron ingresar todos los días de esa semana a la Facultad. Así quedaría sin piso cualquier intensión de responsabilizar a los estudiantes de la Facultad de dicho robo en los días anteriores. Y, por su puesto, vale la pena recordar que los estudiantes de Educación y de Educación Física tomaron el miércoles al mediodía el segundo y tercer piso de nuestra Facultad, siendo vistos incluso en los techos el día jueves por la tarde. Qué se quiere indicar no haciendo precisiones necesarias como el día en que se sustrajeron las llaves en los informes, cuando se tenía conocimiento de la fecha, no lo sabemos, pero sí sospechamos muchas intensiones sombrías y nada santas.


Todos sabemos que nuestra Decana y nuestros directores tanto administrativo como académico no trabajan o dirigen solos la Facultad, tienen trabajadores de confianza a su lado, que en casi el 100 por ciento son los mismos de la gestión del profesor Marco Martos, ocupando los mismos puestos. ¿Por eficientes?, ¿por leales?


En el caso preciso del jefe de Mantenimiento, luego de haber botado libros en los primeros meses del año en carretilla a la basura -y que fueron recogidos por muchos estudiantes de nuestra Facultad y de otras-, luego de haber pintado en marzo el tercer piso del pabellón A sin autorización de su jefe, o sea el comprensible profesor Pedro Falcón, sigue en el puesto, dejando en evidencia que los errores en las jefaturas no se sancionan sino se pasan por agua tibia. Y a pesar de que el Tercio Estudiantil denunció lo de los libros en su momento en el Consejo de Facultad no pasó de un jalón de orejas. Así viene ocurriendo en otras jefaturas, las cuales denunciaremos próximamente.


Así que compañeros no hay que dejarnos sorprender con triquiñuelas de nuestras autoridades. No bajemos las manos ante la ineptitud que han mostrado para gestionar los recursos de la Facultad. No nos olvidemos que la señora Martha Barriga, nos representa ante los tres órganos de gobierno: a los alumnos, docentes y trabajadores. Pidámosle pues que defienda –como aclama cuando se habla de la formalización de la Escuela de Danza- que defienda los fueros de la Facultad.


No está de más recordar que en el 2003 se robaron varios equipos de los almacenes de Comunicación Social dejándola peor de lo que ya estaba. Por esas cosas de las casualidades en esas fechas también se perdieron las llaves una semana antes del robo. Precavidos compañeros, sobre todo los de Comunicación Social.



Tercio Estudiantil mayoría

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